miércoles, 16 de octubre de 2013

Cruzando el bosque.

Respiro entre-cortadamente, estoy bastante agitado. Me paro dos segundos a tomar aire. Cuando finalmente consigo librarme de mis paranoias y comienzo a relajarme, continuo mi camino por este oscuro y fúnebre sendero.
Mi casa se encuentra al otro lado del bosque, lugar plagado de historias y leyendas muy oscuras que alimentan mi tensión y que me impiden caminar con la conciencia tranquila. Hace bastante frío, algo me dice que debo apresurarme y llegar a casa cuanto antes. Acelero el paso.

Creo que alguien (intentando reírse de mi,claro esta) me observa entre los altos y fantasmagóricos árboles que guardan el bosque. Lo ignoro y sigo mi camino, darle importancia me llevaría a la perdición.

Mi respiración se vuelve a acelerar, mis pelos se erizan y la sangre se me hiela. Un escalofrío que recorre mi columna vertebral me avisa de la presencia de alguien que me observa desde atrás, probablemente se trate del mismo individuo que antes se escondía entre los árboles.

En un enorme acto de valor me giro para ver el rostro de mi perseguidor. Oscuridad, nada mas que oscuridad. Algo no va bien, mi corazón comienza a darme verdaderos golpes en el pecho; Pum Pum,Pum Pum. Salgo corriendo, en estos momentos soy víctima del miedo, Pum Pum, Pum Pum. El pánico me domina por completo, no soy persona. No soy consciente de lo que ocurre a mi al rededor, Pum Pum.

Interrumpiendo la agónica persecución, una roca me hace tropezar. Caigo al suelo, Pum Pum, mi perseguidor se acerca, Pum Pum, lo siento a mi lado, Pum Pum, pega su rostro contra el mio, Pum Pum. No consigo recordar exactamente lo que vi, solo recuerdo que tras aquellos insufribles momentos quede inconsciente. Solo recuerdo que tras la última imagen que llegué a observar, se apagaron las luces, dejándolo todo en un tono enigmático.

Segundos después, quizás horas o quizás años, vuelvo a abrir los ojos y me sorprendo al observar que no me encuentro en aquel oscuro bosque. Estoy en una amplia habitación blanca rodeada de gente que me mira sorprendida.


Jamás había estado en tal bosque, es mas, el coma en el que me veía inducido me había impedido incluso levantarme de la cama de hospital en la que poco a poco perecía. Una vez mas los sueños me habían engañado. Mis miedos mas profundos me han jugado una mala pasada. Todo ha sido producto de mi imaginación.

Alejandro Revuelta.

2 comentarios:

  1. Cada dia me fascinan mas tus relatos, sigue escribiendo que seguro llegaras lejos, un besazoooooooooooo

    ResponderEliminar
  2. muy muy bueno...transmites tanto que parace que estas dentro de la historia...

    ResponderEliminar