lunes, 1 de julio de 2013

Alejandro Revuelta


"Ahora siéntense cómodamente y relájense, intenten disfrutar de la lectura,Si pueden.  Probablemente sea lo ultimo que lean en su vida. Después de leer lo que tengo que decirles, puede que permanezcan sentados, puede que me busquen por toda la estancia, pero tarde o temprano, tendrán que levantarse.. y salir corriendo, ahí es donde les estaré esperando, afuera, o quizás mas cerca todavía, tal vez este en su misma habitación, contemplándole desde atrás, esperando el momento propicio para abalanzarme sobre ustedes.. naturalmente estarán pensando que esto es una broma y que no es a ustedes a quien me dirijo, sigan pensando así, pero sean justos y reconozcan, que quien avisa no es traidor.."

Aquel penumbroso día de Diciembre, para ser exactos el día ocho, después de realizar mis tareas escolares matutinas, mire por la ventana. La espesa niebla ocultaba los bellos paisajes que se podían contemplar desde mi habitación. A pesar del espesor de la niebla  pude distinguir a lo lejos  una serie de árboles que, de lo altos y gruesos que eran, se dejaban ver.
La imagen de aquellos árboles, acompañada de la angustia que yo sufría en aquel momento, daban a la escena un toque muy siniestro que me llevó a mezclar mis emociones interiores con lo que yo estaba viendo.
Mi situación había mejorado, pero aún me quedaban secuelas de las duras situaciones que acababa de vivir. Mi prima y mi tía habían fallecido recientemente, y mi hermano, una de las personas a las que mas valoro en esta vida, había estado 7 meses encerrado en una ciudad pequeña, gris y aburrida a la que yo llamo Villa Barrote, o como dicen los Cántabros, El Dueso. A decir verdad fueron 7 meses duros, 7 meses muy duros que terminaron en un bienvenido hermano, y en un adiós a mi tía y a mi prima.

La imagen de los árboles que se dejaban ver entre la niebla, me hizo pensar, me hizo pensar en la poca cosa que somos los seres humanos y lo poco que sabemos de nuestro destino, de la muerte o de la vida misma. Somos como pájaros que viven encerrados en una jaula sin saber que hay mas allá de los barrotes. Somos como árboles rodeados de niebla.. no podemos ver mas allá..
Puede que incluso seamos menos que unos árboles, puede que incluso seamos como insectos perdidos entre los árboles y entre la espesa niebla..
No nos engañemos, todos vivimos encerrados en un espeso bosque cubierto de niebla.. no sabemos cual es el camino correcto para salir, no sabemos como andar sin tropezarnos con las zarzas y las raíces.. no sabemos nada. Solo hay alguien, o algo, que sabe como podemos lograr dejar atrás este ecosistema, solo lo sabe quien nos trae a este mundo y quien nos lleva a otro diferente, a fin de cuentas yo siempre dije que La vida es una baraja marcada, Barajéa únicamente,  la mano de dios.

Escribo esto, para que ustedes, queridos lectores y personas que me siguen desde hace tiempo sepan mis verdaderos orígenes en la magia. Cuando todo estaba perdido, cuando la oscuridad arremetía con nuestras vidas la magia era la única salida a todo ello, era lo único que me hacía vivir de nuevo, era lo único que me hacía volar, era mi única terapia.

Simplemente deciros que cuando esteis ahí abajo estaréis solos, que nadie se hundirá para sacaros del abismo. La vida me ha enseñado que estamos completamente en soledad, como un ave que cruza los cielos, como un insecto perdido en la maleza, como dos arboles que se esconden en la niebla.. 

Termino esta presentación con un consejo, con una frase, con unas bellas palabras que un hermano me regaló; Aprovecha cada segundo como si fuese el último, porque cada segundo, es un regalo que la vida te brinda. Aprovéchalo con la gente que te quiere, fíate de quien se fié de ti, dispara, por quien dispara por ti, por nadie mas..

Ahora siéntense cómodamente y relájense, intenten disfrutar de la lectura, Si pueden. Probablemente sea lo ultimo que lean en su vida, o casi lo último. Naturalmente estarán pensando que esto es una broma y que no es a ustedes a quien me dirijo, sigan pensando así, pero sean justos y reconozcan, que no es traidor aquel que avisa.. intenten salir de mi construcción social, intenten salir del bosque..

 Alejandro Revuelta.