Respiro entre-cortadamente, estoy bastante agitado. Me
paro dos segundos a tomar aire. Cuando finalmente consigo librarme de
mis paranoias y comienzo a relajarme, continuo mi camino por este
oscuro y fúnebre sendero.
Mi casa se encuentra al otro lado del bosque, lugar
plagado de historias y leyendas muy oscuras que alimentan mi tensión
y que me impiden caminar con la conciencia tranquila. Hace bastante
frío, algo me dice que debo apresurarme y llegar a casa cuanto
antes. Acelero el paso.
Creo que alguien (intentando reírse de mi,claro esta)
me observa entre los altos y fantasmagóricos árboles que guardan el
bosque. Lo ignoro y sigo mi camino, darle importancia me llevaría a
la perdición.
Mi respiración se vuelve a acelerar, mis pelos se
erizan y la sangre se me hiela. Un escalofrío que recorre mi columna
vertebral me avisa de la presencia de alguien que me observa desde
atrás, probablemente se trate del mismo individuo que antes se
escondía entre los árboles.
En un enorme acto de valor me giro para ver el rostro de
mi perseguidor. Oscuridad, nada mas que oscuridad. Algo no va bien,
mi corazón comienza a darme verdaderos golpes en el pecho; Pum
Pum,Pum Pum. Salgo corriendo, en estos momentos soy víctima del
miedo, Pum Pum, Pum Pum. El pánico me domina por completo, no soy
persona. No soy consciente de lo que ocurre a mi al rededor, Pum Pum.
Interrumpiendo la agónica persecución, una roca me
hace tropezar. Caigo al suelo, Pum Pum, mi perseguidor se acerca, Pum
Pum, lo siento a mi lado, Pum Pum, pega su rostro contra el mio, Pum
Pum. No consigo recordar exactamente lo que vi, solo recuerdo que
tras aquellos insufribles momentos quede inconsciente. Solo recuerdo
que tras la última imagen que llegué a observar, se apagaron las
luces, dejándolo todo en un tono enigmático.
Segundos después, quizás horas o quizás años, vuelvo
a abrir los ojos y me sorprendo al observar que no me encuentro en
aquel oscuro bosque. Estoy en una amplia habitación blanca rodeada
de gente que me mira sorprendida.
Jamás había estado en tal bosque, es mas, el coma en
el que me veía inducido me había impedido incluso levantarme de la
cama de hospital en la que poco a poco perecía. Una vez mas los
sueños me habían engañado. Mis miedos mas profundos me han jugado
una mala pasada. Todo ha sido producto de mi imaginación.
Alejandro Revuelta.
Alejandro Revuelta.